domingo, 26 de junio de 2011

Maravillarse | Daniel Pommers

Ilustración de Adrian Caca


Cicatriz tiene la astucia,
así como
pronosticadas están
las hambrunas del mundo, y largamente
puede uno —si uno quiere—
hacerse recinto del
germen
que anda suelto
y
que vendrá a poblarnos.

Posible gratitud tendremos los pocos si
torcemos los intestinos,
sin conocer bocados de la
epidemia.

Nuestra continuidad

ante el ruido abominable de los estómagos vacíos
será
la insignia de otras fortunas;
existiremos cobardes, con medianía y quietud durante el acabe telúrico.

Recordaremos a los vecinos por su rostro agonizante,
como si obsequiarnos una grandiosa
dosis de cianuro fuese la única
medicación respetable para salvaguardarnos.

Prenderemos velas al edificio del antes,
porque las siluetas de la hermandad y de lo vivo
quedarán inclinadas, chifladas,
llamadas por nuestra nostálgica presencia para auxiliarnos;
solos, siendo ancianos
con gargantas
de una monótona integridad.

Obstinados en alimentar pautas que por generaciones
han sido tráfico de la negligencia: buscando la poquedad del arrepentido.

Porque nos espera un delicado ministerio
que no conseguiremos obviar;
y maravillados estaremos
cuando seamos fusilados y preparados
como entremés para nuestro propio linaje;
conociendo tripa y acidez
en la panza de cualquiera.

Seremos las cabezas de
un nuevo convenio junto a el discípulo que no admira ni obedece tutores,
guisados en el banquete del reaccionario:  

porque nuestra condescendencia siempre ha estado sazonándose para la avaricia de otro.



domingo, 5 de junio de 2011

vaiven, vaiven

[Ilustración por Heberto Morales]


CORAZÓN, pompa latiente;


ritmo cual subyuga; terreno salado brote emocional, interlocutor de deseos circulatorios y protagonicos; inocente atávico convulsando incandescentemente; fluyendo, rugiendo y destemplado, que en panico ausente busca ser caliente y destripado.


praxis mortal cuando incitado; gentil en su plenitud; una acaricia


trascendental; hueco insubstancial; preámbulo a nuestra conciencia, prologo a nuestro ser, parangón en armonía granulada; perfecto reflejo de un susurro ante cada ondulación.


esto es totalmente una cosquilla, que retumba un eco imperceptible.


postrada nuestra naturaleza; franca, cuclilla, abierta; campo verde; frondoso y brillante en neblina penetrante y luz revelatoria.


profundo silbado de tempestad que arroya y transcurre; hueco y crevice de nuestra existencia; vertedero ausente de imaginacion; toda tonalidad divina en percusion tronante.


encontrando escape inexorable; suenos evaporados a falta de frisas; vidas en despliegue; dopando nuestros parpados y sofocando cada poro...


...esto es una expresión infinita y caudalosa; un vapor efímero y salado; la naturaleza, despreocupada, con cada hoja entrelazada; un doblaje estirado y retorcido que remonta la idea de un recuerdo manchado.


-tanto hilo aspero e interno que en secreto secreta por poro nube gris de vaguada imaginaria empapada en sudor y lagrima-

pensamientos inapropriados

[Ilustración por Heberto Morales]

marina marena en vaiven y plena;
alma vieja que al viento y grano de arena;
alienta y desmiente silbando el susurro casual;
cada momento el absurdo celaje sureal.


pura prosa con mente mentosa;
silbada en lengua y en boca;
humo carbón de caracol al instante;
por estipulación evapora; soplando un figmento real;
insuflado y absuelto...
y entonces, piel y cuerpo empancinados;


de puro ser
de pura sal


-oleaje rampante estallando ropaje de cielo pintado en un aceite quemado por esencia acariciando nervios anesteciados-