domingo, 4 de diciembre de 2011

Digo y escribo lo siguiente | Daniel Pommers


Primero el escritor complementa el borde, luego lo enjabona y lo hace concernir ¿el qué? según lo que he aprendido. . .la muralla china es la madre patria de la Torre de Babel; y por torre pudo articularse Benedetti en un poema, pero no hay peros.
Pasaremos siglos enteros tratando de alzar sobre nuestras tierras una torre que alcance los cielos.  Trataremos sin descanso de erguir sobre las cenizas de generaciones ancianas y herméticas otras piedras que, conglomeradas, aparentarán tener formas sólidas, formas renovadas de errores pasados de época; pero, como juramento de vida, vendrán nuevos brazos y torsos sudorosos, con ideas y herramientas nuevas, prometiendo mejores pisos para ser alojados, habitaciones perfectas, escaleras que se articulen con cada paso, barandales que se distribuirán entre cada pliegue de nuestros dedos y nuestras pieles.  Para la bienaventuranza de las criaturas que ahora reposan su cuerpo en las esquinas, derribarán la torre, y así por los siglos de siglos venideros observaremos caer  una por una las piedras de la torre sobre nuestra cabeza.     

Digo y escribo lo siguiente:
el limón de cualquier vaso puede ser siempre trascendental una vez se enjabona (como lo enjabonaría cualquier buen entendedor/relatador de mundos/sin amarres) y no puede ser visto nunca digo como una vertiente más, sino que se ajusta y se disyunta. Como a veces lo haces Tú.

Y te asientas en una hamaca color caoba y se explayan en tus ojos la vida de tantas personas que andan y juran haber vivido, "son sus vidas" piensas. He imaginas que los colores son uno con las apariencias de sus vidas. Luego entiendes y pues. . .
te divides el pecho con discursos y perijas que no abren, y:
corres y corres
abres y abres; y lo triste lo digo y lo escribo así:
hundido el barco y en la esfera vertiginosa de las olas que se escaparon del haber vivido en. . .la prisma, el calor, la urbe, el cielito ése que te gusta, el city, el carrito, la deuda, la ambivalencia que nunca deja de existir, pero, el sudor, y Tú que no sabes que:
            una vez sólo. . .una vez, Tú soñaste con
una desesperación que reflejaba desde sus inicios tan maravilloso despliegue de sanidad y por sanidad entiendes que lo entiendes todo luego como todo. Todo vuelve a un lugar de aparente estado de reflexión, pero,
digo y escribo lo siguiente. . .

Jamás debimos de entender El Aleph; tampoco a sus camaradas en la vida real,  a esos mismos, a los ultraístas. Pero, tampoco a los cientos de exiliados, a los mártires, a los siglos de aniquilación y piensas en Auschwitz y condenas, luego contemplas, luego conversas y ahora digo y escribo que:
lo tienes en un lugar allí, todavía, y piensas que no. Yo, reproductor de imágenes vivas y pues en cierto sentido, ultraístas como ellas solas, pero, pues. . .
y ríes porque eres caribeño y tu cuerpo no refleja ni los mismos arranques de locura,
ni la misma capacidad torácica,
ni las mismas arrugas (tampoco llagastampoco cuerdas flojastampoco caribes mal intencionados y sumetidos al eterno yugo del tipo aquél que una vez entendió que:
el mundo era un Abismo. Pero (aquí) el Caribe también mejoró y curtió sus dedos con precisamente:
Un
Enfermo
Espejo
Semblanza y ram

      
Por eso. . .no entiendo como se pasan la vida temblando y refunfuñando de miedo y brillantez nuestros hermanos y hermanas del universo.
            Siempre un disturbio pero:     dejo mi agua en todo lugar y mi agua no se:
pierde
Ni se convierte sin mi permiso.
Y nunca entendería por qué juran y perjuran que tu agua y la mía y la de todo y la del mundo se hierve o que por el contrario se convierte en
hielo.

En incienso, en miles de cosas inimaginadas.
Y que conspira y que el conflicto y la cuerda siempre se arreguindan de un pequeño y sádico hilo que nunca ni
Tú   ni
Yo,
Lograremos entender
Digo y escribo:
Que se pierde.  


Y se pierde por...
el punto sustantivo de las
tantas palabras colocadas haciendo
rebote y trenzándose
nunca entendía el ritmo,
y por inconcluso,
escribí miles de letras con tijeras. gigantescas.
tratando de echarle azúcar y pergamino
siempre explicando   ese
margen que me conoce. Pues:
      en el vicio de las palabras nos damos
con el pico y fondo de mil botellas. rojas o
transparentes.  todas en el registro de los
ojos, las vísceras y cuando aprietan duro
en los almanaques de mis
recuerdos...les echo sal y pimienta, aunque las evoque,
refunfuñe o lo que aparente esquivar. me deslizo.
atreviéndome.

Dejándome,  por químicos, santos, espíritus,
Dios y
por otros tantos que:
me vuelvo gaveta, desigual
                     pero,
auténtica, cuando
saludo y aplaudo y me revuelco el dedo en los ojos
para limpiarlos.  mientras escupo los hilillos pues,
quiero darte una cuerda, para que te sostengas, trepes,
ahorques, vistas, fulmines, aún...
cuando de tanto en tanto me hago el
inédito.  por lo que...
disfrazado, pasa una sonrisa bien
adentro,
      cálida.  desde aquí.  para que no te rompas
la cabeza.

    Posible es: indigestarse, machucarse, reventarse
ante párrafos  parricidios
            y trances de una retórica que,
se presta para colocarse en ungüentos unipersonales
   para zozobrar   aniquilar   congelar:   para
            confeccionar el “Coma como digo,
pero Digiéralo como usted quiera"
            y piérdase entonces y vacile vaciado, entonces...
...hasta las teletas de vérseos.

Mudarse los trapos para el entendimiento,
reblandecerse el cerebro, los márgenes, las figuras, los sistemas, pues, la cantaleta
no te ordena (no te implora), la Cantaleta:
   nos hace a nosotros moscas en la lengua
de Poetas cualquiera.
    
 Los rimbauds: como tan personales,
            Como de tanta impertinencia.
      Blindados.
      Imberbes.  Ilícitos. Icebergs.
  
Con poesía Polígona: papel ─papel con cuatro esquinas─
Con los amarres que te convierten en vaina.
Siempre siendo el reuma de las articulaciones verbales.

Igual digo y escribo la siguiente Queja:
la queja que siempre es queja. . .
Queja Ardilla Imperceptible:
"Por comunidad alguna."
Queja Anaconda Traga Orbes:
"Desiste de toda contienda."
Queja Caracol del Entendimiento:
"Déjanos darnos un chapuzón de convencimiento."
Queja Araña de las Contorsiones:
"Recuérdanos como animales conspirados."
Queja Bonsai de los Textos:
"Porque contaminados nos volvemos esqueletos. . ."

¡Sálvanos de la Contrariedad!
Al menos mientras lees estos:
por el tiempo y en tiempo que quieras;
al menos, por un buen entendimiento.


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