lunes, 10 de diciembre de 2018

POESÍA DE CAMILA AYALA



La Fiebre Amarilla


Dormimos juntos la noche del apagón
Nuestros cuerpos invisibles como el alma
Invisibles como Dios
La barriga hinchada de vino barato y pastillas no recetadas
Dormimos juntos aquella noche del apagón
Desparramados en aquel matre como dos sapos disecados
En aquel matre con olor a muerte anónima
Y algo nos decía que allí estaríamos felices:
Entre agujas usadas y sangre ajena
Entre las sábanas amarillas de orina y sudor
Amarillas del amor de lixiviado
Y quizás pudimos haber estado destinados a una vida de matres limpios
Y sábanas cálidas
Y cuerpos sanos
Pero aquí vivimos de nuestra propia fiebre
La fiebre amarilla que nos impide el despegamiento del matre
Y nos pega el uno con el otro
Como amantes en peligro de extinción


La Litera


Aquella noche dormimos en una litera;
tú arriba y yo abajo, sin siquiera darnos las buenas
noches. En el matre de arriba dormías, protegiendo
las botellas de licor; en el de abajo, me ocupaba yo del cenicero.
No hay manera de olvidar al amor, pensé, ni siquiera acostándonos
en camas diferentes. Aborrecía a la litera pero no la cambiaba por nada
del mundo. Dormías arriba mío, y con saber que ahí estabas, conmigo, bastaba.
Te adoro. Aunque estemos en camas diferentes,
siempre te voy a adorar y de eso vivíamos.

30 de septiembre: Ahora duermes en una cama diferente y no me queda más
que los trapos que usaste y la memoria de los días en
los que el amor nos bastaba.

Nos alimentaba.

Te extraño.

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