domingo, 28 de abril de 2019

Con la punta de los dedos delatarte: tres poemas de Veronika Reca

Mahlon Blaine, 'Nova Venus' (1938) 


Daltónica

Dejé de sostenerme del silencio
cuántas veces oí decir
así de flaca, callada como confesario.

Morí tantas veces por no atreverme
a cargar con celo a un Dios engreído e implacable.

Decir no resulta
insatisfecho
desequilibrado
ajeno de colores.

Daltónica de solo azules,
esa guerra que no era mía,
papi revolcándose en la tumba
por las marchas rogadas al susto.

Un ronroneo como tos atormentada.

Y yo que no sabía
qué servía ser valiente
sonreí afanosa cuando una poesía
me dejó mojada entre las patas y con los dientes fríos.

Ser mía
tocarme dueña de mi mala suerte
las cartas del tarot, la escoba.

Tener un santo de cabeza
la anarquía de la palabra
no saber
quiere decir para siempre.




Hogar

Extraño el hogar
la puerta de entrada que rechina húmedo
el techo con sus goteras esporádicas mirándome
desde arriba con escepticismo
los pasillos firmes, su estática de fluidos
componiendo a su manera esquinas elegantes.

Me hace falta mirarme en sus ventanas, aparatosas, tristes,
sentarme en esa muda y atormentada sala de estar repleta de rastros vacíos.

Oler esa ausencia, sentirme brevedad, colapso
gemir con cada cortina que se bate entre alientos
arropando gritos hipotérmicos
casi azules.

Hay un vacío de vajillas
cubiertos huérfanos en espera de una cena ausente de hábitos
mi cuerpo engullido, deambulando. . .

Las horas de un reloj con anorexia.




Los rotos

Nadie quiere a las cosas rotas
zurcir cada hoyo intrépida
bajo el costado afilado
abortar algunos hombres
inatrapada.

Los espacios en los cuadros
las frisas olvidadas
indómitas como susurro
no se devuelven a su estado las masas
huecas en su lecho.

Muecas describiendo el silencio
la levedad, el abandono.

Quiero pegar mis pedazos con la saliva sobre tu lengua
con la punta de los dedos delatarte.

Que seas una de esas cosas rotas
tangibles
insuficientes.

Nadie quiere a las cosas rotas
nos recuerdan afanosas el olvido.

Suceden.

domingo, 7 de abril de 2019

La dualidad de la colorización: tres poemas de Hakeem Torres

Alisha Gould 'Rock Paper Scissors' (2008)



Colorización y dualismo

Rojo y azul
el rojo y azul solo colores
eso dado solo en sus estados naturales
como todo lo descubierto, tienen roles
aunque ellos no lo escogieron
rojo íntimo como la sangre
azul tan lejos como el cielo
está desde lo más profundo del humano
hasta lo más lejano de lo malvado

Rojo y azul
la sangre derramada por patriotas
conmemorados en anécdotas
pero rechazados en la realidad
un ciclo reflejado en el mar
como olas pa'lante pa' tra
la repetición del rechazo de héroes vivos
mientras nos regocijamos de los que fueron destruidos

Rojo y azul
colores que se te reflejan en el baúl
justicia y derecho aún
cuando los veo me agobio
como minorías en caravanas pro-odio
la dualidad existe
el miedo coexiste
desde gangas en California
el crimen está desde la cuna
hasta el futuro del niño que se coagula
cribs y bloods
la criminalidad como respuesta
contra la brutalidad de la justicia.
estudiantes vs policías

Rojo y azul
pregúntale a Luther King
pregúntale a Rodney King
pregúntale a B.B. King
la dualidad de la colorización crea un diferente matiz
la pasión roja que lleva al odio
el azul melancólico
ambos colores se llevan de la mano
en contra o relacionado
los colores, más grandes que todo

Rojo
Rojo fascista yo
Rojo comunista yo
Rojo racista yo
Rojo elitista yo
Rojo clasista yo
Rojo pesimista yo
Rojo optimista yo
Rojo marxista yo
Rojo machista yo

Azul
Azul nihilista yo
Azul capitalista yo
Azul nacionalista yo
Azul estadista yo
Azul neoliberalista yo
Azul esclavista yo
Azul extremista yo
Azul terrorista yo
Azul positivista yo

Rojo y azul
colores que hay que dejar atrás
ya que nos tapan la vista
el humano en ellos reflejado
de deconstruir la estética nos hemos encargado.
con ellos ideologías propagado
el bienestar del otro hemos ignorado

Reflexiono en ello
pero qué sé yo
un poeta frustrado
que pienso que sé lo que expreso
la dualidad está en todo
esta en mí.

Yo con esmeralda miro el futuro
escuchando al profeta Campos
pero luego despierto
mi cama ensangrentada
por el patriota que muere
que muere cada vez que me levanto
ya que miro el progreso sobre mí
pero no azul, nublado por el deseo de la soberanía

Yo soy rojo y azul
el patriota que por miedo
repite los errores de su antepasado
yo, el hombre justo
que se impone brutalmente
yo, el hombre que reaccionó
a la brutalidad Criminalmente
yo, lleno de pasiones
frustrado por falta de acciones
lleno de melancolía
por el pasado que me afligía
eoy hipócrita
el independentista hipócrita
el estadista hipócrita
el machista hipócrita
el feminista hipócrita
el comunista hipócrita
el capitalista hipócrita
o era un hipócrita
bajo la mascara
por falta de identidad
yo seré todo menos
un boricua hipócrita
soy la mezcla de condiciones
la unión de contradicciones
ni rojo ni azul, pero si violeta.


Juego de niños 

Piedra, papel y tijeras
un juego sencillo
con solo tres reglas

Piedras les ganan a tijeras
papel le gana a piedra
pero también es víctima de las tijeras

El balance perfecto
que todos le tienen respeto
aunque en la adultez sea lo opuesto

Las reglas son otras
entre ellas
se derrotan

Tijeras cortan tijeras
piedras quiebran a la otra
los papeles envuelven las hojas

Mientras el jefe
firma la resma
para tu vida envolver

Tu enrolas la hoja
para ser una burbuja
que flota fuera de su realidad

Mientras el que manda
corta un lazo rojo
por una inauguración

Con esas mismas tijeras
corta el nudo familiar
la más grande institución

Con una roca blanca
amedrentan y causan grietas
en la piedra de toda casa

Reglas dadas por el hombre
manipuladas siempre son
y destruyen la fundación
de un país

Cortando el corazón de raíz
se roban todo frente tu nariz
mientras te aniquilan con el sirope de maíz

Tijeras para fragmentar
piedras para destrozar
papeles para engañar
así es como trabaja
el sistema
en esta era
pero no olvides
que solo era
un juego de niños.


Lo último visto

Llegué a casa
escapando de la realidad que me acecha
lo primero que veo son las paredes frías
que reflejan al ser que vive entre ella.
Lo segundo que veo es una mesa pequeña
donde está toda mi correspondencia.
Lo tercero que veo es una carta
una carta que me recuerda
la maldita deuda que a la quiebra me lleva.
Lo cuarto que veo es la puerta
de mi cuarto toda quebrada
así como mi alma.

Decido ir al cuarto
buscando refugio
que no encuentro.
El espacio
me recuerda lo solitario
que un hombre como yo es.
Miro la cama,
la quinta cosa
que veo
lamentablemente.
Dormir,
solo engaña la mente
no es suficiente 
no me aleja de la gente
lo único que me queda
es morir.

Lo sexto que veo
es una silla debajo
de un abanico
por suerte o falta de ella
bajé la soga ayer del ático
pensé prender un cigarrillo
pero me arrepentí
no hay tiempo para eso.

Lo séptimo que veo
es una bombilla
de color amarilla
por la humedad teñida
casi no brilla
esto me hace pensar
sobre lo que hago
y si debo.

Lo octavo que veo
es la venta
que separa
la dura vida
de mi muerte ideal
los rayos del sol
entrando al cuarto
como mi único testigo
pero de qué vale
que haya uno
si no hará nada
para evitarlo.

Lo noveno que miro
son mis manos
con las que amarré la soga
que puse alrededor de mi nuca.
Uno pensaría
que ya
tan cerca de hacerlo,
de ejecutar la hazaña lo haría
pero las lágrimas
que comenzaron a bajar
por mi cara
me causan indecisión
esas gotas estancadas
en mis pestañas
distorsionan mi visión
es casi poético
es como si el cuerpo
me intentara cambiar
mi idea y mi padecer
por qué de la existencia
no quiere desaparecer.

Limpio mi rostro
lo décimo que veo
es la puerta
recién pintada
y sin grietas.
Esto hizo que me decidiera
y di un salto de fe.

Lo triste es
que lo último que vi
no fue como viví
sino como morí.
Lo triste es
que las personas que me lloran
y me nombran
nunca vieron
lo que me pasaba.

Lo último que vi
no fue el suelo.
Lo último que vi
es que cuanto estaba vivo.
Nadie se preocupó por mí.