jueves, 16 de mayo de 2019

Sueño brillante de una hormiga esquizofrénica: tres poemas de René Cervoni

Hans Sebald Beham,  'Dancing fool', pen and ink, (1549).



La hormiga brillante

Mastícame, escúpeme
deja mi cuerpo caer sobre el concreto
inmóvil, sin un nuevo suspiro

Deja mi alma escapar la cruz de su cuerpo

Deja mi alma viajar el cosmos del enigma existencial
libre de la carne y su atadura
de los prejuicios de animales finitos
en constante putrefacción arcaica

Seré la nube que estalla de lluvia
en el tope de la montaña inalcanzable

Déjame ser el temblor de la tormenta sin fin
el secreto al final del abismo en lo más profundo del mar
el primer orgasmo de la criatura inocente
el beso prófugo de un amor imposible
el sueño brillante de una hormiga esquizofrénica

Quiero sentir la euforia de la libertad
sin repercusión, sin pecados, sin leyes, sin religión

Déjame expandirme como la noche sobre el campo salvaje
y ser, déjame, déjame, déjame ser.



Baila conmigo

A nadie le importa el dolor que cargas
mientras caminas por el campo
de espinas venenosas,
y en el corazón aún se escucha el trueno del tambor
que retumba en tu cabeza

Perpetuo fantasma vestido de payaso
infantil e ignorante
siguiendo el sueño prófugo de tu mente
inculta y salvaje

Baila al ritmo de tu soledad
baila conmigo duda inmensa
del pequeño ser que vive en mí
baila conmigo fría crueldad
que apunta al infinito

Baila al son del silencio con la estática espiritual
acariciando la bocina del radio y en la tv
fornica una chispa azul marino que brota
de gloriosa sangre chinita

Se acumula, se desborda en la esquina de la habitación
abraza mi cuerpo, corrompe mi alma
y baila conmigo.



Música drogada

Quiero invadir tu alma, robarte el corazón
esconderme en una esquina de tus sueños
hacerte bailar un rock and roll

Quiero ser ese sentimiento
el que te hace sonreír
quiero dejarte sin aliento, contigo quiero huir

De la calle y la miseria, al paraíso junto al mar

Bailando bajo las estrellas
drogándome en amor.

domingo, 5 de mayo de 2019

El vodka con toronja era mártir: cuatro poemas de H.J. Leonard

Henri Michaux, 'Gouache sur fond noir', guache sobre papel negro



Escala de dolor

             la negrita
Una vez una jeva me preguntó:

“¿En la escala del 1 al 10,
cuánto tú te quieres comer
este pusi?”,

Vida 1, Harold 0

No pude con el pasme.



Purgatorio

Hace tiempo que no escribo
ya no me llegan frases
como antes
así de la nada

Las esfumaron
ya no hay dolor
que inspire
ni razón para beber

A veces paso por el “Call Center”
y me entran rastros de ansiedad
pero se me pasan

Ahora estoy mejor
ahora estoy mejor

Ando aprendiendo idiomas
ando ahora en lo mío
no te extraño
salvo cuando me acaricio la nuca

Ya por ahí nadie pasa
cerraron la barra
aquella en donde
nos hacíamos ojitos

Aquella en donde
el vodka con toronja era mártir
que hacía fluir el helado mar
de celos innecesarios
que culminaban en papelones,
largas caras y disculpas
por whatsapp

La luz roja detiene mi curso
miro por el retrovisor
y pienso mientras me río

Qué bueno que ya pasó,
qué bueno que ya pasó.



Puerto Rican pastoral

Una capa de arena batida
con piedras del río oxidan
los pistilos de la Flor de Marta
que adornaba la vieja casa.

La brea se ha agrietado.
Los caminos de paja seca son.
Manchas de estiércol
de caballo chongo o de vaca escapá
se mezclan con latas de keystone
reflejo de una noche en la que
los machetes no robaron
(probaron) sangre.

Allá en el cerro las abuelas
encienden bembé.
Las que están de fiesta con bingo,
quesito y juguito.
Las que están de luto con plegarias
a la virgen, juguito y quesitos.

El río es cama de jicoteas
que sigilosamente se esconden
al ver la caza de buruquenas
sofocadas al fondo de la red.

Las guábaras caminan por la tierra
hasta tocar los troncos destruidos
mientras las chopas danzan al pie
de las charcas.

Los quinqués se extinguen,
las negras ya no cantan
en la iglesia.

De canarios solo quedan los ojos,
azules como el cielo,
verde como la pradera.

Ya al sur se prenden los montes
con la seca que el gobierno premedita.
El cambio de temporada se avecina.
La primera lluvia de mayo
se da en noviembre, pues el llano
se cansó de mudar el marrón que anuncia
la esperanza del fin de la huracanada,
yerro agigantado por las migajas,
que no por escasas, no nos quieren
tirar más.

Bomba.



El Post de Raúl

“La Upi cierra, y las calles están vacías,
con “Estamos Bien” a todo volumen.
#Puertoricoselevanta”.