Lowes Dalbiac Luard, 'Gatos en el alfeizar', Grabado, impreso con tinta marrón oscuro. |
Viento
Una temible palpitación sella mi seno,
un siniestro retumbo de heno.
Como rayos y centellas que revotaban en la vía
cesaron en segundos su manjar de ira.
Por primera vez en milésimas existencias,
se conjuro un magistral silencio al otro lado de aquella ventana.
Aquella ventana que emitía latigazos de luz ferviente a toda hora
en su intimidad demuestra un susurro pálido sin demora.
Un susurro que denota abandono de las memorias,
de lo cotidiano, y lo que nos hace ser personas.
Sentimientos tan reales como el viento,
que ha cogido vacaciones con el tormento.
Porque al otro lado de aquella ventana ya no hay vida, ya no hay viento.