martes, 14 de septiembre de 2010

Reyertas | Daniel Pommers


Se es desatendido/blanqueado
Cuando la sosa indumentaria
Del artificio/de la sospecha


Sin
Credo/acorde/escrúpulo
Con
Cotejo y trampas, el
Soldado de cualquier lucha es
Sometido al atolladero.


Le nacen puentes de acero
Fatigado.


Convierte su amante fusil a la necedad
Del abominable.
La lengua que le fue pudiente lo
Abandona. Pudrirse/desgreñarse,
Eso le encanta al combatiente.


Entender un mundo escaso,
Con el tedio de los días,
Los arranques de locura,
La hediondez del otro:


Ese es el andamiaje del soldado


Convencer al rapaz movedizo,
Al letrado de moscas,
A la imberbe ímpetu del bandido;
Al progersivo abismo de los zombis:
¡Ay el combate es un tablero matematico!


La opulencia de la familia
(tragándose al rebelde);
La aspera tonalidad del régimen
(tragándose al rebelde);
La mercaduría de la herencia,
Condensando al rebelde:


Ese es el infortunio del amotinado


Sus tinieblas al dominio
Estocadas/cumplidas tenían
Lumbre. Pero
La cuesta del reaccionario
El dócil
El binario
El laberinto
El gobierno del porfiado;
El sigiloso imperio del invariable;
El sibarítico Olvido,
La nimiedad de todos,
Las religiones del disgusto,
La perdida/la ruina/la sujeción:


Ese es el antecesor del amotinado


Será un cana la grieta y
Eximirse la horripilante prisión
De los dormidos.
Cuando el perezoso los compinches y sus crías sean,
El combatiente apoco habrá mudado
Sus pieles
Tendrá un panteón fulano:
Opuesto al cielo , contrariado;
Odiado por todos.

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