de las llagas, ciertas válvulas de escape.
Entonces, luego de rompernos unas mil veces, se entiende, cruentamente,
que el escape: se aleja de mansedumbres,
de manuscritos de la verdad,
se hace cómplice chaperón. Residuo. Marejada.
Se manifiesta como chubasco y
zapato trampolín... ...y circunda nuestro lugar
hasta convertir los opuestos al opio
de la distancia de los garabatos,
de alguna vez. Entonces el Olvido.
Y el Olvido puede servir como luna para el conflicto:
lejos, desde, apareciendo. nunca constante.
El Olvido es una ampolla.
Una muletilla,
Por pañuelos frescos en pieles desgarradas
que se alimentan de
trances alimañas descomposición interferencias desaguadas que
nos permiten, con el peor de los prejuicios, creernos dioses:
Pensarnos abismo y pensarnos amputados de.
Pensarnos permutadores para la matemática
del perfumarnos hacía el porque sí.
Entonces la mecha se vuelve almohada.
Por eso el Olvido es amigo y le favorece solamente a Cosas como, Auschwitz,
la droga, también a: hambrunas plagas totalitarismos dictadores masacres
-de tramas de gobiernos de la muerte- así también a:
la Mentira traga orbes,
a la involuntad solidaria por desentendimiento,
a la conformidad -probeta de seres zombies-
Se hace profeta de fascismos,
xenofobias monotonías escalofríos anáforas despotismos homofobias:
Como para el Olvido es mejor el porvenir y el camino,
se construye imperceptible mediante acueductos de la esperanza
del perdón y de la mejora.
Cuando desinfla el ahínco del trauma,
nos suministra una golosina del ímpetu hacia
salubridades indoloras. hacía precipicios de la salvedad.
Y con el Olvido hacen alianzas
los exegetas del equilibrio desquebrajado,
los cirujanos de la mayoría,
los lobos y anguilas del Alto Mando,
los guardianes y gurdaismos de [izquierda, centro y derecha]
cuantificando paso a paso el importe
de sentido, emociones, de la justicia,
todo para inyectarle el reuma del esquema del mundo.
Y cuando el mundo se injerta en
retóricas sistemáticas del desalojo, del dinero,
de la hipoteca,
de la violencia y el miedo:
el mundo se resguarda en tumbas.
Se convierte en venganza,
Pero el Olvido debería recordar los siguientes vicios:
el vicio de sacrificarlo todo por la vida,
el vicio emprendedor de sabiduría,
el vicio de la denuncia,
vicio de la lucha
vicio del no rendirse.
Vicios nuestros de algunos,
que siendo Vicios como son:
No permiten -por imposiciones- dejarse hundir.
No se presta para -mediante sábanas ficticias del sufrimiento- doblegarse
No deja [nunca] -inclusive aunque no se quiera- de comprometernos
con el mundo.
Nos hace (a quienes no solo desean ver) combatientes.
en pie. con los pies en suelo certero. soberanos con cada manifestación propia.
Nos hace mundo.
Y aunque recónditos, endurecidos, aunque diversos:
Nunca mastodontes al servicio de la crueldad. Nunca engordados. Nunca al escape.
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