La sociedad digital/cyber contemporánea trae consigo múltiples posibilidades para estructurar comunidades íntegramente egalitarias y democráticas como nunca antes se habían conocido. Es aquí donde debemos recalcar que el poder de las redes cyber sobre la producción/percepción humana no son benévolas en si mismas, sino en la forma en que son canalizadas institucionalmente y manifestadas materialmente por el tejido social. Un mal e ineficiente uso de estas nuevas tecnologías seria ponerlos a funcionar dentro de un sistema que busque la centralización de poder económico y político; otorgar este control de percepción a corporaciones o a un reducido número de personas desembocaría en la creación de una sociedad fascista tecnocratica, que aunque simule el funcionamiento estético y la nomenclatura legal de una democracia, no lo es, sino que fomenta una estructura de vida social que el filosofo Gilles Deleuze llamo sociedad de control...
La privacidad, la propiedad intelectual y el futuro de la libertad están en juego ya que en los últimos años el mundo ha cambiado muchísimo, la tecnología digital abrió nuevas posibilidades que van desde el modo en que nos organizamos socialmente, el modo en que producimos e inclusive hasta el modo en que nos informamos y nos comunicamos con las demás personas, pasando por las nuevas formas de ocio y de consumir nuestro tiempo libre, una horrible pasividad virtual.
Con las nuevas posibilidades surgen nuevos peligros que amenazan nuestras libertades y derechos más básicos, uno de ellos el derecho a mantener nuestra privacidad. A menudo, desde el poder político/económico centralizado se ha divulgado el mensaje de que la red es utilizada mayoritariamente para cometer actos delictivos, cuando en absoluto es así. La red no es más que el reflejo de las personas que la van construyendo, y esas personas son las mismas con quienes convivimos en otros ámbitos de nuestra existencia. Así, en la red no hay más delincuentes ni personas dispuestas a delinquir que fuera de ella. No hay más daño dentro que fuera de la red. Sin embargo, los poderes políticos y económicos temen a la red y la temen porque abre nuevas posibilidades de percepción sociales, de organización y producción al margen de los ganaderos conductores de la sociedad actual.
“En las sociedades de control, por el contrario, lo esencial no es ya una firma ni un número, sino una cifra: la cifra es una contraseña, mientras que las sociedades disciplinarias son reglamentadas por consignas (tanto desde el punto de vista de la integración como desde el de la resistencia). El lenguaje numérico del control está hecho de cifras, que marcan el acceso a la información, o el rechazo. Ya no nos encontramos ante el par masa-individuo. Los individuos se han convertido en ‘dividuos’ , y las masas, en muestras, datos, mercados o bancos” {Gilles Deleuze} [Postdata sobre las sociedades de control]
Durante los dos últimos siglos un sinnúmero de partidos políticos y elites de poder económico han concentrado el poder sobre la razón sapiente misma. Aquellos que concentran el poder económico y político dicen que sus negocios/seguridad mundial sufre (y quizá sea cierto) con el advenimiento y uso equitativo del internet, ya que el internet ademas de comunicar, provee herramientas cognitivas para que los sapientes produzcan su propia vida bajo sus propios medios sin tener que estar de meros consumidores espectadores como la población de humanos que vive en el Axiom, el crucero social de aquellos muertos en vida. Los dioses económicos y políticos de nuestra era post-industrial intentan no solo robarnos nuestro salario, como el Marxismo evidencio con la plusvalía, sino que ademas buscan sistematizar y tomar de nosotros el ocio, la subjetividad y la habilidad de ser creadores, llamándole a nuestra vida mental/psíquica de populus/tejido social "propiedad intelectual" con el fin de defender el levantamiento de sus muros, vallas y barricadas que nos impidan usar la red libremente.
Y lo hacen aún a sabiendas de que para conseguirlo tendrán que recortar nuestros derechos y libertades más fundamentales; la libertad de expresión e información, la libertad de comunicación con otras personas, el intercambio de información con las mismas y la libertad de crear valoraciones de mundo frescas. Es ahí donde comienza a jugarse el futuro de la libertad, nuestra libertad, asediada por el 1 porciento de la población, que busca congelar el flujo de jerarquía dentro de las relaciones de poder. Estas leyes para recortar nuestros derechos ya están en vigor {endurecimiento de las leyes de propiedad intelectual, leyes de retención de datos, nuevas leyes antiterroristas desarrolladas en el marco de la «guerra contra el terror»} y otras están por venir. Unas y otras, sin duda, seguirán endureciéndose en tanto la sociedad no ofrezca desde las calles, los servers y las neuronas un rechazo a la asimilación de nuestras mentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario