I
Libre caribeña, llena de ilusión,
por la colonización implantada en tus lóbulos.
Libre la visita del indio
antillano, quien ensilló con sus paisanos la canoa trunca y hueca, rellena por
la meca del taíno
borincano. Defensor politeísta, cazador y compueblano, fuiste solo un turista
en un hábitat cristiano.
Caribeña libre; baila el
mar en tus caudales, entre los cúmulos de arena, donde asoman tus palmares. Entrando por las remisas, del antillano
secuestrado, se filtra un español tirano, camuflado libertador. Corta en sangre,
evoca chispas, entabla sanciones libertarias; juega el blanco industrialista en
el cañaveral.
Antillas caribeñas, en
responsable cumplimiento histórico, tomen nota de esta colonia, cuyo fruto es melancólico.
Ante las Antillas colonizadas, sufren
los indígenas atónitos, al tener conocimiento que sus dioses fueron lúdicos. Arcaicos
y Arahuacos, cultivaron con orgullo el fruto, presentando un legado consciente,
y murieron lentamente evangelizados y colonizados.
Taínos y
Caribes, en constante movimiento marítimo; cuentan de líderes únicos, que
llevaron el siguiente mensaje: ¡Queremos un Caribe unido, sin pieles blancas ni
esclavos! Y así fueron traicionados, por la Iglesia Católica, quienes
purificaron nuestra historia en sus biblias tronchadas; queriendo a su amada
España, por encima de sus colonias.
II
Puerto Rico caribeña, violentada
verbalmente, por el que no habla tu idioma, por el que siembra tu muerte. Cantan
loores de unos días, cuando luchábamos por nuestros derechos, porque teníamos
de frente el pecho y en la espalda los intereses.
Entre otros horizontes, rugía
la lucha armada, por la independencia cubana a tono con el Caribe. Héroes
anónimos, Betances y Martí, en discursos unísonos, libertadores fugaces. Antillanos
macheteros, cortando la sangre corriente, clamando derechos humanos y dándole
vida al guerrero.
Celebran la independencia cubana,
¡Viva Cuba Libre!
Y se estrella el ave manca
sin hermana antillana,…cuya historia nos contaba, con cariño y fervor Lola:
“Cuba y Puerto
Rico son
de un pájaro las dos alas,
reciben flores o balas
sobre el mismo corazón...”
de un pájaro las dos alas,
reciben flores o balas
sobre el mismo corazón...”
Siglo XX de amargura, pura
lluvia encarrilada, hacia un malvado encuentro con la invasión norteamericana.
Rifle santo, santa águila; cobijando el manto blanco. Don Albizu Campos en
oratorias callejeras, llama Yanqui al enemigo, lo torturan y encarcelan; sin
ningún recuerdo a su lado, de lo que solía ser su bandera.
Ondulando nuestra bandera,
mueren nacionalistas marchando, acribillados por las cincuenta estrellas, en
manos de policías hermanos. Llaman crimen a la defensa de su patria puertorriqueña,
lloran madres, gritan querellas; olvidamos el estrago.
III
Paisaje colonizado, Caribe
encerrado en miedo, entre buitres monetarios y politiqueros monederos. Político
interesao, buscón y paquetero,…laudable es tu jardinero, mientras te encuentres
en su trinchera.
Progresista y Populete, duérmase
en las pajas de ese rumbo, porque el jibaro afila su machete mientras duerme el
resto del mundo.
Y el que usa la palabra,
te hace hueco en tu discurso.
Para que le cuenten al
partido, lo mucho que han perdido el pulso.
Cuenta Hostos de una
época, en donde contaba el discurso, cuando solíamos vencer al que educaba por
ofrecer cursos. Siendo participe de un tiempo, de palabras loables y de fe en
la palabra, donde la cultura despertaba y el Caribe se arraigaba.
Sufre Latinoamérica por la
guerra hispanoamericana, separando a nuestro pueblo del resto de sus hermanas.
Fuimos ricos en conocimiento y pobres en alimento, ahora pobres en conocimiento
y abundante en encarcelamientos.
Triste hermana Caribeña,
libre en alma y en espíritu,
Lloran la crisis
puertorriqueña, quienes lucharon por un país único. Y en tiempos de pura paz
recordaremos la historia, de héroes olvidados en el tiempo y una caribeña digna.
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