sábado, 9 de marzo de 2019

Mi depresión es blanco océano: tres poemas de Gabriel Cortés Serra

June Wayne, 'Study for a Messenger IV', Litografía (1954)



El código secreto

Mi depresión tiene una boca que aminora estrellas:
todas las palabras se las comió. 
un zarpazo doloroso de moto-sierras 
frío cruzó mi cuerpo desnudo al que renuncio
cayendo por las violentas cordilleras 
del mar herido sin perlas donde por última vez contemplo el suicidio. 

Mi piel se desgranó cuando heredó las navajas;
cayó abajo como escamas, como pétalos estrujados 
de flores olvidadas entre sombras 
por donde a ti, encontré y al instante nos besamos. 

Como toda la poesía, mi depresión tiene su propio lenguaje.
Tú, lamentable no puedes escucharme;
y me bajo del carruaje de la vida que nos unió en este viaje.
no es aguaje la contemplación de verme 
empernado fuera del mundo. 

Mi depresión es blanco océano:
profundo y enterrado, guarda todo lo que no es imaginado;
hace mueca de las matemáticas, un recio lenguaje
del cual no puede sugestionarse. 
Mi depresión es esbelta, con ojos de almendra;
tiene su propia sonrisa misteriosa
en las sombras donde nos conocimos.
Mi depresión es mochila permanente a la espalda;
la traigo todo el tiempo, hasta en las fiestas
y me pregunto por qué no me la puedo quitar de encima.

Es una protuberancia reinante;
pero, ante todo es una niña de siete años
con su propio nombre y juguetes.
¡No la mires de frente!
si te pide un beso, ¡niégaselo!
ella pretende ser un mentiroso camaleón;
y ahora, yo soy estrella de navajas en fuego con silencio.
Fuego erizándose frío y azul, siniestrado. 
ella nos observa, me contempla hacer de estético el suicidio
desde mi propio ojo de gato pirómano.


Cruel conmigo

Vete, déjame por un momento 
en mi propio abandono.
Hazlo, sin sentir lastima o sentir culpa.
Sin decir adiós, camina.
No te voltees si acaso me escuchas llorar.
Hazte como si yo no existiera por días, e ignórame para yo extrañarte. 
Necesito que seas cruel conmigo; 
que tu silencio sea afilado en mi pecho 
y que me duela con desesperación no tenerte. 

Háblame de otros, hazme el favor de esconderme secretos. 
Deja que mi corazón se preocupe y que mi cabeza imagine un cuento. 
No me demuestres mucho de ti, resérvate ese te amo
que tienes en la garganta para los momentos cuando yo más te extraño.

Huye de mí como el atardecer.
No sé por cuánto tiempo me hospedaré en la oscuridad, en la orilla del mar.
Tengo los pulmones vestidos de salina;
mis ojos te llamarán cuando ya no te puedan encontrar. 
Así que, prométeme una mentira;
confiésate muy poco y sin mirarme a los ojos. 
Déjame ser egoísta con mi tristeza
en la noche preocupada, en la noche prestada 
por tu amor disfrazado con mi indiferencia, 
por yo no quererte como tú me quieres 
y también, porque solamente tú me entiendes;
Porque sabes, que no puedo darte lo que otra persona me quitó.


La última navaja

Me prometí no volver a estos lugares
pero la tentación de llamarte,
esta querencia por sentir dolores 
sepultados hace años cuando decidí olvidarte 
queman en mis ríos azules 
donde vas tú, dormido en las sombras crueles.

Finjo que nada me sucede;
y con disimulo, camino hacia la biblioteca de mis libros prohibidos. 
Me despido de todo en donde me hospedé:
el café, el macaron francés, los poemas no terminados.
Busco la última navaja (para ti, una llamada)
en las páginas de Anna Karenina. 

Rasgo mi cielo en un relámpago
frío que perfora creando un puente en mis brazos
para llegar a ti, para levantarte del sueño y todo el estrago 
que provocó en mi cuerpo naufragios. 
No hay ninguna salvación 
para un corazón que con antelación va inclinándose a su crucifixión. 

Morir no resultó ser tan doloroso 
como la gente me advirtió, como las penas del joven Werther, anunció. 
Todos los ríos se cruzan en mi torso;
ahora soy mármol de sangre que a la vida renuncio. 
la salina en mis labios creció 
esperando tu regreso, el despertar de un beso. 

viernes, 1 de marzo de 2019

Otra masculinidad: tres poemas de Enrique Olivares Pesante

Max Klinger, 'Death Pissing' (1880)


Otros hombres

Otros hombres
que no cultiven
crímenes secretos
otros hombres
que no sean piel y celos
otros hombres
que no apalabren las páginas
con asesinatos
otros hombres
que no amueblen con violencia su mirar
otros hombres
que hayan sido niños 
antes de la víspera de la crueldad

Otra masculinidad
que no sea la herida hurtada
de los padres
de los pares
de los panas
de papa dios
de la pinga 
y su precariedad
otra masculinidad
que no sea esa frustración orgiástica
trepanando hombría
con la ciencia dietética de la pornografía
la docencia de lo insensible
los indultos del genocidio
cagándose en el pañal de la historia
ejaculando guerra
bastardeando el azar con el privilegio 
pudriendo al prójimo 
profanando la propia tierra
profanando sus propias madres

No
esos hombres no
no ese cántaro de veneno viril
no esa bazofia caballeresca
no esa mascara curtida de sexo
huelga en la fábrica de hombrecitos

Otros hombres
hombres posibles
hombres que no reconozcan mitos
salvo el misterio del mar
hombres prodigiosos en su ternura
y lenitivos en su vulnerabilidad

Hombres que se dejen tocar
que se dejan revolcar la llaga
en la confianza de la credulidad 

Hombres que se dejen llorar
y en el llanto junten sus voces
en una canción
en un canto
en ulular contra el miedo

Hombres que se dejen caer 
y en la caída
conocernos
como las tiernas criaturas
que siempre sospechábamos ser

Hombres que aprendan
a desmantelar 
los calabozos de la historia y la memoria

hombres que dejen de matar
hombres que se dejen sonreír
hombres que se dejen abrazar
hombres que se dejen comer el culo
hombres que se dejen amar.


Running out of cocaine

I’m running out of cocaine
and words to name
the nepotism of blame
that confers a calculated confidence
the mete prelude to the alchemical simulation
friends to pretend
in the transubstantiation of control
O! NO!
it’s over before it begun
running out of fun
i’m running out of cocaine

I’m running out of cocaine
ain’t it a shame?
we’ll go no more on erring
in nocturnal emissions of premature defeat
no more bitter jitterings
gregarious as agrarians
settling down on the mercy seat
it puts in the tiger
but leaves out the jump
feeling like courtesan
feeling like a chump
feeling feckless and flacid,
placid in mine own degeneration
wilting like an erection
can’t get no penetration
so what’s the use?
what’s your excuse?
i’m running out of cocaine

I’m running out of cocaine
and it’s the government to blame!
caustic narcotics eating away at lands and personhoods
criminalizing, capitalizing, crystallizing
nobodies into a darker brood
the war on drugs is the war on bodies is the war on life
sinuous as the pretense of a knife
cool cartel death squads
lounging in Colombia
stepping on some Wayuu mother’s neck
where do I sign the check?
i’m running out of cocaine

I’m running out of cocaine
and I can’t bear it to end
they say an addict is a pessimist on the mend
and how far can you bend before you break?
mistakes are made with capricious conviction
all else is sedition, all else is dissent
to consent to your own annihilation
all the things that have come to pass
were all the things meant to last
and now a new silence seeded is growing
groaning like an open wound
help! I don’t know what to do
i’m running out of cocaine
and I’m running out of me too.


Mañana 

Mañana 
será diferente
a la derrota
y su sabor
al esplendor 
de la bancarrota
y las cifras que suman
a la insatisfacción

Mañana
será la bomba
en las películas de acción
donde vacila el intrépido
en precipicio de la destrucción

Mañana 
será o no será
la hora predilecta
en el momento indicado

Mañana
es el muro
de lo incontenible

Mañana
es tan solo un día
sin pretérito
una piedra
suspendida en su vuelo
la distancia que asemeja el mirar

Mañana
es tan fácil de imaginar
cuando la única esperanza
es no saber que esperar

Mañana
es una promesa
lo prometido es deuda
y todas las deudas son impagables. 

De lo que nunca escribo: tres poemas de Kelly Díaz Rodríguez

James McBey, 'Woman writing at an escritoire', óleo sobre tela sobre madera (1932)


De lo que nunca escribo

Nos dolía el alma
a ocho chamaquitos
en la Madrid
ninguno lo dijo
pero todos siempre lo supimos
por la forma en la que tocan el bajo
la forma en la que tocan la guitarra
las improvisaciones sobre la vida
y el amor con el que se miran
cause you know
we really love each other
pero casi nunca lo decimos
por asociar al amor con tiempo
y haber coincidido
de formas un poco extrañas
Santa Rita es un lugar raro
porque a diferencia de Santurce
no huele a lo que ya no está
sino que te esconde
de ese recuerdo al que tanto le huyes
o quizás es la sala de Juan
la que en estos días me ha protegido
de encontrar cualquier otra cosa
que no sea solo yo
sin pensar en cosas
a las que ya no pertenezco
como en si leíste los libros que te regalé
o si mi familia algún día me va a llamar
y si mi padre en el más allá
realmente estaría contento
con quien decidí ser
Ahora debato
sobre si debo enseñarle
mi disco favorito de Soda
o mis apuntes de Pride and Prejudice
a una tipa que me gusta
pero tiene el signo zodiacal de mi ex
mientras los muchachos
hacen otras cosas con su nota
como por ejemplo dibujar
lo que no saben decir
Casi nunca lo sabemos
pero vivirse entre amigos
también es hacer el amor.


Mujeres bellas y fuertes

Decidimos recordar
toda la música escuchada desde el 2012
entrelazados en el sofá
las copas de vino
son la merienda del momento
Paramos en el 2018
donde ambos perdimos
el juego de seducción
todo por matar
a un policía motorizado
mujeres bellas y fuertes
se han ido mi amigo, y no volverán.


La espera

La espera se divierte
esperando a que dejes de esperar
mientras tú continúas
esperando el milagro

no es un trabalenguas
es la ansiedad
de ser el invitado de honor
en el velorio de lo que más querías.