Los caminos que me devuelven
hogar de muertes
palabras
abren como liberación
de ayeres mascados y fumados en pipas.
Tragados con coraje tras paredes
y repito
Por la urgencia
Benditos sean
el ansia y el presente insatisfecho;
las ruinas bajo capas verdes de nostalgia
y el aire que se arroja cómplice concluyendo una batalla
de un día nuevo; intranquilo, preparado sobre siglos
cautivando signos que se duermen
y despiertan acostumbrados
al deseo de no querer dormir
temblando por primicias incurables
sintiendo el cuerpo como una batería
que se revienta imperfecta
pronta en premonición.
[Escrito por Nadya M. Echevarría]
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