domingo, 27 de enero de 2013

{Vanidad-es} por Xiomara Ayala Cartagena

Ella saca de la cartera un espejo, cigarrillo y encendedor. Observa los labios que pintó hace dos horas y están intactos. Guarda el espejo, coloca el cigarrillo en la boca y lo prende. Inhala y exhala; siempre atenta al color que va tomando el filtro como resultado de las marcas impuestas por la carne húmeda y coloreada. Inhala y exhala; se va mojando el filtro cada vez más pesado por la repetición del juego con el aire nublado. Inhala y exhala por última vez;  terminó el cigarrillo y los labios permanecieron rojos.


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