viernes, 28 de agosto de 2020

Una huella imborrable: 3 poemas de Adrianna Lorainne Centeno

Leónor Fini, 'Beso', litografía, (1966)



SER

Quiero ser
Quiero ser en tu vida algo más que un instante
Algo más
Algo más que una sombra
Algo más que un afán

Quiero ser
Quiero ser en tu vida algo más que una brisa pasajera
Algo más
Algo más que cualquier flor en primavera
Algo más que solo la primera
Quiero tomarte por sorpresa
Quiero que no me entiendas pero que así me quieras
Quiero ser...

Una huella imborrable
Un recuerdo constante
Y una sola verdad con temor de abandono
Y te olvides de mi

Una sed infinita
Quiero ser
Una sed infinita de caricias y besos
Una pena de ausencia
Un dolor de distancia
Y una eterna amistad

Quiero ser muchas cosas
Quiero ser

Ser el llanto de tus ojos
Y en tus labios la risa
El principio y el fin…
Quiero ser en tu vida lo que eres tú en la mía
Quiero ser
Mucho más de lo que piensas conocer



BESO EN LA NOCHE (A LOS 17)

Fuimos al cuarto y cuando comienzas a quedarte dormidx, te he besado y después me besaste también. Estábamos ambos con alcohol en nuestros organismos, pero esta vez no culparé al alcohol, que no debería tomar, por cierto, pero esa no es la dirección por la que debe tomar la explicación, es decir la razón por la que te besé no fue por el alcohol. Antes habíamos ido a ese lugar, que me atrevo a decir, es mi favorito. Allí me besaste por primera vez, seguí tu beso para después fingir que nada pasó, pero era obvio que si había pasado algo. Todo el día estuve pensando en ese momento, poniéndolo en “play” muchas veces. Intenté olvidarlo o dejarlo pasar con todas esas bebidas, pero no se iba el recuerdo de tus labios contra los míos. Luego cuando ya parecía haberlo olvidarlo, apareciste y me dijiste que te ibas a la habitación, con eso supe que tenía que ir contigo, quizás era mi oportunidad de besar esos labios que tanta adicción me causaron en segundos de consumo. Y lo fue. Volví a besarte. Si te digo que es mi primer beso miento, pero es mi primer beso por necesidad. Necesidad de sentir contacto de nuestros labios. Necesidad de crear un nuevo recuerdo para poner en “play” muchas veces para no olvidar tus besos. Necesidad, simplemente necesidad que nadie me ha hecho sentir nunca. No digas nada. No hay palabras que decir, solo cosas por hacer y labios por besar. Dicho esto, tomaré tu rostro en mis manos y te besaré. Te besaré con pasión y con ternura, un beso lento que pronto comienza a encontrar su ritmo. Ritmo que no quiere ser perdido. En cambio, tú y yo si nos perderemos, en caricias, más besos y en esta noche que no puede ser más perfecta.



TU Y YO

Yo – Tuve una impresión errónea sobre ti.

Tu – No me digas eso.

Yo – Pensé que ibas a hacer el mal, pero no.

Tu – Explica.

Yo – Cuando te vi por primera vez pensé que eras mi perdición.

Tu – Pero no.

Yo – Exacto. Eras exactamente lo que necesitaba para darme cuenta de que mi vida era una mierda. Muy común, muy constante, siempre hacia lo mismo y llegaste.

Tu – ¿Qué hice?

Yo - Me devolviste la vida y el sentido.

Contigo volví a sentir ese ardor que creí haber perdido… Me devolviste las ganas de escribir por el simple hecho de que no quería olvidarnos.


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