domingo, 19 de agosto de 2012

{Conjuro en el Valle} por Nadya M. Echevarría

:::Ojo de Mar
Salado entre perfumadas olas
Orillándose a sí mismas
Navegando la Stutitia
Amparando Corales
Devorando símbolos mortales
de un cántico que en la Ciénaga
Le escupe al Sol su Brebaje:::

Camino hacia mi viejo barrio. Me toca atravesar un puente colgante que me acerca a su periferia. Noto aún más los efectos de su uniformización, el desgarramiento en las aceras y las aústeras fachadas de cada habitat de muchos temerosos de dios con sus mundos privados con tele y simuladores de casino. Ya no se acumula otra cosa por estos días que muertos y alarmas; locura algorrítmica. Las administraciones se reparten la totalidad de las casas, los costos de la energía y el agua, la comida importada, la señal telefónica, el clickeo constante y también las noches y los días volátiles para mantener esta cosa a la que le llaman estado; trámites, papeleos, sellos, multas y traqueteos crecientes para mantener al gentío en la búsqueda del dólar. Sin mayores proyectos… Subsistir siempre subsistir. Los chiquitines son comidos por la Legión Zombie Bank, mientras sustrae todo el capital para jugárselo por quienes doblan las campanas. Todo cabe en la Bolsa nutricia de suculentos códigos sobre nuestros sesos escaneados, foto con flash, impuesto sobre la venta con sello impreso al reverso de cada transacción. WE ARE OPEN FOR BUSSINESS, Gracias por su patrocinio. Me respulsa el conocer a quienes el gobierno dirige sus loas, agradecimientos e invitaciones… Parásitos CEO’s. Ya no quedan escuelas ni lugares a donde llevar a explotar esta bomba que se crece en las tardes en la cabeza y revienta para devolvernos a este coro que mantiene su cántico falso sobre éxitos al alcance de cualquier anhelo. Bien sabemos que no, que aquí no hay aire pa’ respirar.

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