Todavía siempre
crecerse, entre el hambre
el cuchicheo del oprobio
la almohada que tan bien
te acurruca en las noches
más socavadas. Caminos
que te devuelven al centro
de tu alma
Apagón de fortunas
cárceles incendiadas
sabor a melaza
puertas marcadas
olor a sangre en mi cama
La luz opaca más rayas negras
sombras
por donde escondo mi mirada
hamacas en velada
cansancios, para luego un café
con tu boca que me dispara
giros sobre mi lengua templada
ciencias de quien no escapa
De las calles a las que se acude perdido
a sentarse y lamer cada comesura
de aquella vieja salida
mi verde raíz donde muere la paz
y nacen las palabras
Labor de instantes
licuar cada pensamiento programado
en el vacuo espacio
donde suspira mi lápida
espantándome.
crecerse, entre el hambre
el cuchicheo del oprobio
la almohada que tan bien
te acurruca en las noches
más socavadas. Caminos
que te devuelven al centro
de tu alma
Apagón de fortunas
cárceles incendiadas
sabor a melaza
puertas marcadas
olor a sangre en mi cama
La luz opaca más rayas negras
sombras
por donde escondo mi mirada
hamacas en velada
cansancios, para luego un café
con tu boca que me dispara
giros sobre mi lengua templada
ciencias de quien no escapa
De las calles a las que se acude perdido
a sentarse y lamer cada comesura
de aquella vieja salida
mi verde raíz donde muere la paz
y nacen las palabras
Labor de instantes
licuar cada pensamiento programado
en el vacuo espacio
donde suspira mi lápida
espantándome.
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