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Nigel Van Wieck, 'Q Train', Óleo sobre lienzo (1990) |
Mi infierno
Caigo de rodillas,
contra el cemento de mis lágrimas,
rezándole a santos que no creo,
rogándole a un Dios que no veo,
que me saquen de este infierno.
Decidir parar de amarte,
es tortura voluntaria, infierno purificante,
es respirar el humo de mi carne,
insaciablemente quemándose,
cada vez que sudo la memoria,
de nuestros cuerpos rozando, como antes.
En este fuego indispensable,
sudarte ya no es sinónimo de amarte.
Gritos diabólicos chillan tu nombre,
hasta rasgar mis tímpanos de cobre,
cada vez que imagino el esplendor de tu mente,
cada vez que busco el eco de tu voz resplandeciente,
cada vez que acuerdo el liso mar celeste.
Fuego inextinguible arde en mi lengua,
para destruir el sabor del vino de tus besos,
burbujas de ácido cubren como dunas mis párpados,
y brotan como un rocío que inunda mi cara cauterizada,
al acordar el efigie de dolor que eras, que me llenaba.
Eras como un ángel, más sagrado que el aire bendecido,
pero en las tinieblas ardiente de mi soledad,
eres mi ángel caído devorando el amor y la felicidad,
el Adversario escondido en la luz, debilitando mi voluntad,
con cada paso impetuoso que das sobre la Tierra de Paz.
Manos esposadas en oración forzada,
mis uñas desnutridas se entierran partiendo mis nudillos,
y mis dedos enjutos atraviesan por mis palmas,
hasta ambas tejerse como canasta de sangre y carne escuálida.
¡Alguien que me ampare de este infierno indefinido!
Radiando en llamas, forcé la entrada de mi infierno,
y decidí parar de amarte,
para de ti mi pecado salvarme.
Decidí parar de amarte,
pero sin ti, mi flor marchita ya no late.
Me han criado pensando
Me han criado pensando,
que todo lo que digo y hago,
debe complacer cada macho.
Me han criado pensando,
que los tucos de mi sobaco,
espantan hasta los caballos.
Me han criado pensando,
que me debo afeitar en todos lados,
para quedar como muñeca, no un trapo.
Me han criado pensando,
que comer es necesario,
pero que mi figura no pase de un size cuatro- y cuidado.
Me han criado pensando,
que mi pelo lacio teñido,
es más saludable que el pelo rizo- “malo”.
Me han criado pensando,
que decir “negrito” es de cariño,
y que el racismo es solo para americanos.
Me han criado pensando,
que debo tapar mis muslos con las manos,
si no, los hombres se aprovechan de mi canto.
Me han criado pensando,
que debo limpiar platos,
y dejar que mis tíos se den los palos.
Me han criado pensando,
que para los veintiséis años,
un anillo debe apretar mi dedo largo.
Me han criado pensando,
que las lesbianas son machúas,
y las machúas son jamonas con gatos.
Me han criado pensando,
que los gays no se les dice maricones
y los maricones son hombres buenos, mansos.
Me han criado pensando,
que detrás de todo hombre,
hay una mujer cocinando.
Me han criado pensando,
que si no tengo hijos para los treinta años,
mis ovarios, mi vida está deteriorando.
Me han criado pensando,
que si salgo por la noche en tacos,
estoy provocando, buscando “mambo.”
Me han criado pensando,
que puedo ser lo que quiera,
menos puta, monja o presidenta.
Me han criado pensando
que soy puertorriqueña de pura cepa,
pero que no me comporte como jíbara del campo.
Me han criado pensando,
que soy una mujer del futuro,
pero el futuro ha llegado,
y pocas cosas han cambiado.