sábado, 8 de diciembre de 2018

Infracciones de prismas: dos poemas de Karla Cristina

Eugene Berman, Cassandra, Óleo sobre lienzo, (1942)


He sabido darme toda
en infracciones de prismas.

Consumir el ruido de una garganta estéril.

Agrupar de mí fracciones,
diluirlas en vergüenza,
ajustada a las esquinas,

Y he sido luz.
Amapola, colirio.
Pedacito de bálsamo.
Abismo.

Para luego agrupar mi piel,
construida de materias ajenas.
Sujetos sin nombre.
Tejiéndome toda de hilos gastados.

Ser solo ruido.
Palabras tibias sin mi boca.
Labio fracturado de besos.
Eco.



*    *    *


Toca a la mesa siempre hablar del hombre
A su vez de mi nombre y las palabras ausentes.
Awela habla del hombre, mamá habla del hombre
y hasta Él mismo habla del hombre.
Hombre eje.
Hombre casual.
Hombre síntoma.

Me agotan las palabras que describen al hombre.

Tesis del hombre.
Hombre en función del hombre.
Hombre niño perreta.
Hombre golpe.
Hombre amado.
Hombre nunca mío
Nombre nunca mío.

Toca en las orillas hablar del hombre.
Manos de sangre.
Mudo.
Descalzo.

Agota la insistencia de hablar del hombre
Cual si fuese ajeno
Como si nombrándolo no me nombrara.

Hombre pobre de abrazos
Hombre cuchilla
Hombre punta de lanza
Hombre alarma de vida.

Lo conozco.
Al hombre y al nombre propio.
lo descubro en las noches sin hombros,
en el mundo caído,
agotado del Hombre.


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