viernes, 28 de diciembre de 2018

Seis fragmentos poéticos por Emilia Elizabeth Chamba Vargas (Ecuador)

Hermann Alfred Sigg, 'Lovers Embracing' Aguafuerte


Hoy no extrañé sus brazos, me distraje con la lluvia que caía sobre mi rostro, humedeciendo mis ojos resecos por tanto sol del mes de junio. Pensé escribirle un poema, de esos que él solo podría descifrar, aunque no fue de inmediato, tuve que escudriñar mi corazón para poder encontrarle. Esta noche ha sido tranquila, demasiado silenciosa, tal parece que es domingo pero apenas es lunes. ¿Sería este el lugar donde quiero permanecer, alejada irremediablemente de él?

A veces solía sentirme floja, lánguida, obscena; bueno, solía sentirme varias cosas a la vez que miraba de reojo, estaba él iluminando mis ojos. Me pregunto ¿Adónde ha ido? Digiero y remuevo estos pensamientos frecuentemente, quizá se perdió en la mirada de alguien más olvidó que existía la mía. Olvidó que existía la mía. Afortunadamente elegí buscarlo, aun sabiendo lo que provocaría, deseaba escuchar su respuesta; no me hallaría a destiempo ya que, "algunas palabras dichas a tiempo valen más que un discurso que agravaría la difícil situación". Todo se disolvió, los recuerdos decidieron distanciarse, porque él se los llevó consigo, arrebatándome de las manos sus manos, soltando maravillosamente el hilo que nos unía, que idealicé fuerte e incapaz de romperse. Lo comprendía pero estaba incómoda, porque me daba miedo sentirlo.



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¿Qué hay en su rostro que invade completamente mis pensamientos? ¿Acaso será su mirada tan despreocupada y sin interés que me mira?, existe algo en él que me perturba, más allá de la forma en la que piensa. Me atrae profundamente su presencia, deseo abrazarlo fuertemente extinguiendo totalmente mis miedos. Es frío, es cierto, pero también es tranquilo, maravillosamente tranquilo y enorme, como el tranquilo espacio frío en que se mueven las estrellas. Él, tan inteligente, sano y seguro, tiene por lo visto también sus fantasías y sus estados crepusculares. Podría mirarlo toda la noche, apreciando cada una de sus virtudes y desolaciones. No comprendo porque lo necesito, quiero verlo nuevamente y permanecer en silencio tan sólo sintiendo su respiración. Estando a su lado la espuma de la dicha momentánea salta con frecuencia tan alta y deslumbrante por encima del mar de mi sufrimiento, que este breve relámpago de ventura alcanza y encanta radiante regocijándose dentro de mi alma. Él, es tan lejano a mí, que irremediablemente me atrae y seduce.



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Gustav Klimt 'El Beso' (1908)


Esto es lo que he llegado a sentir por usted, más allá de su indiferencia, hostilidad y arrogancia; jamás permití que su comportamiento hiciese énfasis en los sentimientos que precisamente le pertenecen. Quizá se confunda al leer este fragmento, pero me he tomado el tiempo de escribirlo y he puesto toda la voluntad y júbilo para que a usted le llegase a cautivar, lamento no tener el privilegio de mirar sus ojos mientras evoco de mi boca " un te quiero ", es una lástima inmensa no estar a su lado acompañándolo en todo momento, debe entender que vivo en una constante aflicción porque usted se encuentra lejos, requiero de su calidez en los anocheceres fríos, idealizo asiduamente su rostro junto con su cuerpo , aunque indudablemente lo que me fascina es su mente, la manera tan innata que tiene para suscitar charlas inacabables de cualquier fijación, constantemente sollozo en secreto, porque no logro relegarlo dentro de mis pensamientos , usted me duele , ha impregnado su esencia en mi pecho. Muy a menudo hago mención en lo que verdaderamente lo distinguía de aquellos hombres que han pretendido establecer vínculos conmigo, de hecho recuerdo con sutileza la forma tan maravillosa que incluía ciertas alegorías en cualquier conversación, es por eso que usted me deslumbró, acabó sometiéndome a través de sus palabras, era dichosa al tan solo poder leerle por las madrugadas. Debe saber que soy una mujer apasionada, le manifiesto algo; he fantaseado con su cuerpo sobre el mío , besándome paulatinamente los labios, rozando sus manos por todo mi sólido cuerpo, desarraigando todos los ropajes que me cubren, lo quiero arduamente haciéndome el amor, deseo sentirlo solo con usted. Tengo recelo de que aparezca alguien más en su vida y se adueñe del amor que usted llegase a gozar, sé que estoy siendo avara, pero como no podría serlo, si jamás lo he disfrutado, si no le he estrechado su mano cuando usted se sentía triste, tan solo le he otorgado la franquicia de leerme y desvestirme el alma. Padezco al no tenerlo cerca, es un dolor inmenso que cada vez se engrandece cubriendo mi existencia. Francamente lo estimo y ansío para mí en su totalidad, perpetuamente he tejido mis propias conmociones por usted y le he concedido el privilegio de que las descifre. Lo pienso a diario y no me deshonra en absoluto, se ha ganado mi admiración. Usted es aquel único hombre que sobrepasó las fronteras de mis expectativas, fue muy listo y seguro de sí mismo como ningún otro. Si alguna vez dispone de su tiempo para venir a verme, estaré esperándolo con los brazos descubiertos para recibirlo, pero si usted no se siente a gusto y cobarde para confrontar sus sentimientos y decide postergarlos, yo tal vez me hallaré muy lejos de aquí en compañía de alguien más; así que no tarde demasiado que los días pasan sin ser vistos. . .



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Siempre te recordaré, aunque hayamos perdido el entusiasmo de leernos, nos encontremos distanciados y nuestras miradas jamás hayan chocado provocando una enorme explosión, a pesar de que tus manos no sintieron las mías y no se pudo capturar el momento tan esperado: en el que tú rozaras tus dedos sobre mí espalda deslizando tus energías sobre mi cuerpo, a pesar de que jamás llegué a escuchar tu risa ni tus sollozos, las palabras escritas constantemente se modificarán y se volvieran a reescribir sin ser vistas-sin ser cumplidas, aunque inevitablemente el tiempo y la distancia hayan irrumpido nuestro camino-nuestro propio destino, aunque el soňarnos todas las noches y forzando nuestra mente a establecer una sinfonía de anhelos no se pudieran coordinar, porque mientras danzábamos en nuestros sueños, tú te adelantabas y yo me retrasaba, aunque a veces hubiésemos tenido la sensación de amarnos como lo hicieron aquellos que han vivido por años en una perpetua soledad. Siempre te recordaré, porque fuí desagradablemente felíz. Te recordaré, aunque tú no lo hicieras. 



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Marc Changall, 'The Birthday', (1915)


¿Podré acaso olvidar su rostro en tan sólo un par de días?, será eso la solución al sin fin de sentimientos que se encuentran incrustados en el pecho. Sus palabras aún perturban mis oídos dulcemente ocasionando suspiros repletos de amor por él, tornándose inquebrantables las fuerzas que aún me quedan para creer en su retorno. ¿Existirá alguna otra solución para distanciar su recuerdo? , alejarlo de mí, aunque duela y queme amargamente abrazando todo mi ser.

Amor de la juventud que añoré contemplar y vivir en carne propia, se realizó fortuitamente, descubrí que la capacidad de amar abarca no sólo a los sexos, sino a todo y a todas las cosas, lo material y lo espiritual, y todo dotado de la magia del amor y de la fabulosa capacidad de transformación.

¿Por qué los pájaros de pronto aparecían cada vez que él estaba cerca?. ¡Oh mi más grande tesoro que padezco al mirarlo desde lejos!.

Mis ojos se inflaman haciendo mención a lo que verdaderamente derrocó toda la concepción mortal del amor, mis deseos y anhelos fueron el presentimiento arrollador y emotivo de posibilidades y promesas enormes, de indecibles delicias, de turbaciones, temores y sufrimientos imaginables.

¡Oh como soplaba el viento tratando de secar mis ojos!.

Sentirme como una jovenzuela, con vitalidad y enormes energías de respirar junto con alguien, disfrutar cada beso-abrazo, despojar con mi cuerpo y el suyo el fuego ardiente que humeaba entre los dos.

Como olvidar sus poemas inventados al momento, repletos de versos conmovedores que irremediablemente me hacían suspirar; sí , los suspiros inoportunos y constantes que surgían de cualquier simplicidad, de pequeñeces y muestras de atención por parte de él.

Suspiraba por él y por mí, evocando nuestros silencios.

¡Que maravilloso, fugaz y a la vez doloroso ha sido todo!



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"La explosión momentánea de estrellas cuando usted empezó a mirarme fué inevitable, ¿Cómo podría yo resistirme, ante tan enormes ojos color café?, el impulso de acercarme y disminuir el espacio que restaba fué inexcusable, para tener la dicha de mirar más de cerca sus pupilas". ¡Vaya!...quién diría que aún evoco ese instante como si lo hubiese vivido ayer. Lo deplorable, es que usted ya no me mira con los ojos que yo me veo; no aprecio su rostro entre la persiana que se dispone a separarnos, dejó de quererme cuando yo empecé a necesitarlo. ¿Sería insulso seguir escribiéndole poemas, a pesar del desdén que usted demuestra hacia ellos y hacia mí?, a veces siento escasas las palabras, mis brazos no tienen calor y mí boca no sabe que decir. Las letras, reflejan una parte de mí, simulan el amor que persiste, ¡escríbame usted y seré eternamente feliz! Urdir los hilos de nuestros sentimientos pasados sería..."fisgar la llaga, que ha sido aliviada por alguno de los dos", pero yo soy idónea para esto; usted no debería enterarse. A mi edad sé que nada es para siempre, por eso me arriesgo, por eso me he entregado a usted hasta quedarme enteramente vacía. ¿Por qué querría yo amarle a medias?, ¿Qué hizo usted para figurarme este amor ridículo?; cuando lo vuelva a ver... llorar.


















Emilia Elizabeth Chamba Vargas (1999) original de Machala-Santa Rosa, Ecuador actualmente estudia Comunicación en la Universidad Técnica de Machala. 

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